La infertilidad secundaria es el término que se emplea para denominar la imposibilidad de embarazarse, de manera natural, después de haber tenido, al menos, un hijo.
Y es que en los últimos tiempos ha aumentado el número de casos que vemos en las consultas que tras tener un hijo de forma natural, el segundo no llega.
Pero ¿cómo reconocemos que nos encontramos ante un caso de infertilidad secundaria? pues al igual que sucede en el caso de la infertilidad primaria, el tiempo aproximado para sospechar que puede existir un problema para lograr el embarazo es tras 12 meses de relaciones continuadas sin protección.
Las soluciones para este tipo de infertilidad son las mismas que las de la fertilidad primaria: Si la mujer tiene menos de 37 años, tiene una buena reserva ovárica, sus trompas son permeables y cuenta con un buen semen, podría plantearse un tratamiento de inseminación artificial. Pero pasada esta edad, que es lo más común en la infertilidad secundaria, un procedimiento FIV podría ofrecerle más posibilidades de éxito.
Si este es tu caso consulta con nuestros especialistas de Vida Recoletas que te estudiarán tu caso para confirmar que, efectivamente, se está ante un problema de infertilidad secundaria.