Se calcula que entre el 30 y el 50 por ciento de las mujeres con endometriosis tienen problemas de infertilidad, pero con un tratamiento de fertilidad adecuado son muchas las que finalmente pueden tener hijos.
La endometriosis consiste en la presencia de tejido endometrial fuera de su localización habitual que es dentro del útero. Su localización más frecuente es en:
- Ovarios
- Trompas de Falopio
- Ligamentos que sustentan el útero
- Revestimiento de la cavidad pélvica
- Revestimiento de la cavidad abdominal
El endometrio es un tejido sensible a los cambios hormonales que se producen con la menstruación, y de ahí los síntomas que produce. Si bien algunas pacientes pueden no tener síntomas, lo más frecuentes es que la endometriosis derive en dolor e infertilidad.
La endometriosis se trata de una patología muy frecuente que afecta a entre el 10 y el 15 por ciento de las mujeres en edad fértil. Sin embargo, este porcentaje podría ser mayor, ya que se cree que hay muchos casos no diagnosticados porque hay ocasiones en los que los dolores que produce son leves y se confunden con los que se producen durante la menstruación.
Los principales efectos de esta enfermedad son:
- Dolor: el dolor puede estar relacionado exclusivamente con el momento de la menstruación, pero también puede haber síntomas gastrointestinales o urinarios si estos implantes endomestriósicos invaden otras estructuras como intestino, vejiga, o recto.
- Infertilidad: la infertilidad relacionada con la endometriosis puede derivar de los cambios que ocurren en la anatomía pélvica de estas pacientes durante los ciclos menstruales. Puede provocar obstrucción de las trompas o formación de quistes ováricos endometriósicos que en ocasiones precisarán cirugía, con la consecuente pérdida de tejido ovárico y disminución de la fertilidad.
Existen tratamientos tanto médicos como quirúrgicos, y en muchos casos la obtención de un embarazo puede frenar o mejorar la evolución de la enfermedad.